jueves, 7 de septiembre de 2017

El penúltimo…






Todavía resonaba en mis oídos

tu gemido,

todavía las partículas de sudor

pernoctaban en tu piel,

todavía tus manos

se resistían

a abandonar mis cabellos

despeinados por esos dedos

que ahora los peinaban.

Aún quedaba

la penúltima caricia,

el penúltimo beso,

el penúltimo silencio,

el penúltimo…

si todavía quedaba

esa penúltima mirada

cargada de penúltimas

promesas y sueños

teñidos de labios rojos.

El mar fue el penúltimo,

en saber,

ahora quedábamos

tú y yo, para penultimar

todo.



María José Pellejero Letosa




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