martes, 5 de septiembre de 2017

BESAR TU PIEL




Mi mano, mi mano yo te ofrezco

para que sea morada

de tu rostro somnoliento,

acopla tu mejilla en mi palma

y duerme ¡mi niño pequeño!

Sueña que estás en la nube

y tus alas al viento

te llevaran a vivir aquello

aquello, que pretendemos.

Déjame que con mis dedos

garabatee en tu cuerpo

poemas bellos,

palabras dulces

como el dulce caramelo.

Versos que digan que tu piel,

merece el respeto

de adorarla y venerarla

como al niño más pequeño,

o como el Santo más Santo

que habita en el cielo.



María José Pellejero Letosa





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