miércoles, 29 de julio de 2015

SEMILLAS DE FUEGO




La mañana me ha llenado de cristales la memoria:

un hombre ungido en barro se desmorona a mis pies,

la mujer hecha de arena que no borra nunca el tiempo,

una cueva femenina que fue origen del mundo,

muerta y clausurada me abandonó a mi suerte.



Has trazado un círculo alrededor de mi cuerpo,



soy un naranjo viejo y torpe, con el alma disecada.

Hitos varios nos circundan:

tres plumas blancas, el seno mustio de una anciana,

tres maldiciones, un peine enfermo de nácar.



Brasas de un amor-cangrejo que aún aprieta con sus pinzas.



Has encendido la hoguera donde me harás arder

en carbones naranja (felicidad, sopor).

Y el tronco me reverdece libre de sombra y cenizas

cuando aprietas mi vida en tus llamas,

fuego y purificación.


Idoia Arbillaga Guerrero


1 comentario:

Amapola Azzul dijo...

Es el fuego de la vida, besos, bonitos versos.