martes, 28 de octubre de 2014

Desarraigo


Un enorme peso que me fatiga
Una triste valla que me aísla
Un desierto que me asfixia
Un mar que me castiga
Sonrisas de papel que ya no devuelvo
Recuerdos borrosos que me anulan
Pertenencias que ya me son ajenas
Amistades que ya desconozco
Sueños insatisfechos
Planes truncados en el destierro
Fotografías que me acosan
Cartas polvorientas que me hunden
Voces distantes que me susurran un pasado
que ahora siento tan lejos
En círculos deambulo por avenidas
sin dar con el sosiego
La noche más cruel aún
no me permite descansar mis huesos
Aferrada a mi almohada
intentando sucumbir al sueño
en búsqueda de esa calma
que tanto añoro
que tanto necesito
para volver a nacer
con pleno derecho a vivir
en este país nuevo.


Silvia Cuevas-Morales


1 comentario:

© José A. Socorro-Noray dijo...

No hay ni puede haber peor desarraigo que el que se vive dentro de la propia piel.

¡Ojalá, querida Silvia, esté próximo ese país nuevo!

Un abrazo fuerte.