martes, 16 de septiembre de 2014

TODAS LAS MUJERES DE MI VIDA SE MUEREN POR SER TÚ EN ESTE MOMENTO




Todas las mujeres de mi vida
se mueren por ser tú en este momento.
Un día fui yo el que me moría por ellas,
porque todas fueron tú durante un instante.


Todos los corazones que me he ido
comiendo han hecho del mío
un órgano a la medida de tu mano.
Por eso me gustas tanto cuando
sin piedad me lo arrancas
y amagas con comértelo
sicalíptica y pudorosa al mismo tiempo.

Yo me siento seguro cuando lo tienes
en tu mano como un trofeo conquistado,
mientras mis venas se enroscan en tu brazo
hasta encontrar esa arteria fatal
en la que clavarse y llevarte al orgasmo
sin la necesidad de utilizar ningún músculo
de mi cuerpo.

Sin el vértigo de la pérdida
el valor sólo sería una palabra más
para algún poema y tú serías como las otras
que desean ser tú en este momento.


Por eso, a veces me gusta ser egoísta
y ver ese abismo de niebla en tus ojos,
ver como dices con una mirada
lo que una mujer no debe decir nunca
para quedarse sin ese as en la manga
y yo me lo crea demasiado.

Todas las mujeres de mi vida
se mueren por ser tú en este ahora,
por eso, lo confieso,
disfruto como Jack el Destripador
matándolas con una mirada
justo cuando esbozan sus sonrisas
y están a punto de mostrarme
lo orgullosas que están de mi.

Me gusta que se mueran desangradas
en cualquier acera,
mientras les lanzo un beso
y continuo mi camino
con esa canción de Los Secretos
tuviste una oportunidad
revoloteando en mi mente
y la dejaste escapar.


Alberto Caride


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