lunes, 19 de mayo de 2014

SIN CITA PREVIA




Algún día,

cuando las palabras se desnuden

del odio con que las vestimos,


cuando los ojos y la boca escupan

el veneno que en ellos vertimos,


cuando la tierra haya limado

nuestros contornos, nuestras aristas

y nuestra furia,


mi alma se encontrará al fin

frente a frente con la tuya,

limpias de carne, celos y hiel.



Te contaré sin hablar tantas cosas

y tú me revelarás, tal vez,

secretos axiomas que el silencio destila

y que sólo entonces podremos entender.


Algún día.


La rosa incandescente del cosmos

dejará caer sus pétalos de tiempo:

implacable y perpetuo almanaque

de creación, muerte y renacimiento.


Pasarán años, siglos, quizá una eternidad.


Qué más da, no tengo prisa ninguna.

Sólo sé que algún día, estoy segura,


ese día... será.


Lidia Li


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