jueves, 13 de diciembre de 2012

MARÍA MAGDALENA JUNTA LOS LABIOS IV





Le respeto, no más, si me perfora
y deposita dentro una semilla,
si viene a pasearse en esta orilla 
que finge no importarle más demora,

si voy a demostrarle lo que ignora
y subo a él y palpo su mejilla.
Mis labios siguen siendo la capilla
que sabe iluminar su triste aurora.

No subiré otra vez a ver el frío
de las horas caer con elegancia.
Esperaré para dejar constancia

de que un día la historia lo hizo mío,
por mucho que improvise sobre un río
consejos de otro dios sin importancia.
 
 
 
Aarón García Peña 
 

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