jueves, 26 de mayo de 2011

Nada puedo decir






Nada puedo decir. Las estrellas
acuchillan la noche, y la luna
cuelga en el hueco del espacio estéril.
El cielo, como un cíclope negro,
vigila con su ojo redondo y giratorio.
Muda, a tu lado, nada puedo decir.
¡Cómo te amo! Mis pensamientos
viajan en la sombra, libres, alados,
y mi boca olvidó las palabras.
Es perfecto este instante. Tu silencio
roza mi pelo como una caricia,
como el descenso leve de la mariposa
sobre el cáliz abierto del almendro.
Tan cerca estoy de tí que se borraron
los contornos agudos de mi cuerpo.
Nada puedo decir. Nada me falta.
Diluída en tu sangre te recorro
dentro de tí me siembro y me disgrego.
Fuera de tí no hay nada. Abrázame,
transmíteme más vida en cada beso.
He soltado todas las palabras
y sólo el pensamiento alea todavía
como un pájaro loco debajo de mi frente.




Manuela Fernández Santamaría


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