domingo, 31 de octubre de 2010

Triste aprendizaje y otros poemas




I


no debemos engañarnos

sabemos que pasa el tiempo

porque cada vez esquivamos

más rostros en el camino



II


puede gritarlo el corazón

y negarlo el gesto

(un rostro siempre es un misterio

una triste víscera no)



III


de su desdén aprendí

que mi amar es como el musgo

y hasta en las piedras más frías

puedo echar raíz.




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Escribir


esta necesidad de compartir

lo que quizá a nadie interesa

este sentirse acompañado

desde la soledad más absoluta

expuesto absurdamente

expuesto

esta enfermedad

este aferrarse al papel en blanco

como si fuera

la única alternativa

a la muerte

como si el rastro que en él dejamos

fuera más que nosotros mismos.



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Contra Heráclito



nada cambia

las mismas ganas de verte

las mismas ganas de tocarte

la certeza de que no sucederá



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El tiempo nos ha vaciado de fulgor.
Pero la oscuridad
Sigue poblada de luciérnagas.

Gioconda Belli




Te has ido


yo quieta

sólo puedo mirar

fijamente las cosas

(una pantalla,

la madera de una mesa,

mi propia mano)

nada

el cerebro en blanco

un blanco lleno de luz

como la que cuentan

los que volvieron de la muerte

(de Cuaderno de sal, Los libros del Señor James, 2010)



Un hombre enamorado puede hablar de la vida,

convencer a las gentes y unirlas a su causa.

Un hombre enamorado es un peligro:

puede deshacer muros, cerrojos,

y abrir los ataúdes.

Carlos Javier Morales

qué hay de cierto

en este juego perverso:

que se muere seguro

y que con suerte se ama

sólo amar es buscar el espejo

en lugar de la máscara



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En el plato
el cadáver del ave
es el cielo roto
que acarició
sus alas.

Antonio Alfaro



No es malo volar


creer en la justicia

la verdad y esos asuntos

el contacto con lo bello

siempre nos dejará rastro

por mucho que perdamos

al regresar.


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Posdata



A pesar de todo

a veces

somos capaces de mirarnos

sin reproches, sin dudas

y nos perdonamos

(apreciamos incluso)

la evidente distancia que existe

entre las verdades

que cada uno de nosotros

sostiene

entonces

la amistad, el amor, la risa

todo eso también es cierto.




Carmen Beltrán


1 comentario:

arqui dijo...

me han encantado todos y cada uno de tus poemas Carmen, lúcidos, cristalinos.