jueves, 30 de septiembre de 2010

Mientras reste un hálito




Mientras reste un hálito
brillará su belleza.
Busco el invierno frágil donde anida
la alondra sin curso de la sombra.
Busco, el invierno sin curso de la noche
donde anida la flor y nuestra estrella.
Mas el silencio es una orilla granítica.
Ausente la palabra y su silencio
la persigo y la busco tras la página
exento cual ciprés de cementerio.
Inútil buscarla por las calles,
jardín donde se funden nuestras huellas
con el instante y brillo de sus ojos.
Logras atenazar el movimiento,
el palpitar de la página en blanco
y el fugitivo ritmo de las sílabas.
Pero la espiral en su veloz trayectoria
destruye el reflejo de las estrellas
y nosotros, inmóviles, huimos.
Luciérnagas ante el espejo roto
vivimos la soledad de las manos
y el latir de los pasos en la noche.
Negación del tiempo que lucha yerto.



Enrique Villagrasa


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