miércoles, 2 de junio de 2010

LOS BAÑOS EN EL VIEJO FREGADERO





Para mi hermano Jesús


(las manos de mamá -mágico acorde-
en tu cuerpo temprano)
la respiración contenida al acostarse
en los cinco de enero,
la tarde en que Gabriela dulcemente
te secuestró de golpe la melancolía,
más la gente dispersa
-Julio Flores ,Chon, Cristalina , el abuelo...-
de la que alguna vez viste brotar la maravilla.

Antes de despedirse para siempre
debiera concedernos esta vida
reunir en un aquí de algún ahora
la suma de personas, lugares y momentos
en que fuimos tal vez seres felices.




Emilio Pedro Gómez


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