jueves, 26 de marzo de 2009

A VECES




Escribir un poema se parece a un orgasmo:
mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más en ocasiones.
Tardes hay, sin embargo,
en las que manoseo las palabras,
muerdo sus senos y sus piernas ágiles,
les levanto las faldas con mis dedos,
las miro desde abajo,
les hago lo de siempre
y, pese a todo, ved:
¡no pasa nada!
Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo:
"Lo digo y no me corro".
Pero él disimulaba.



Ángel González


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Halaaaaa....

Gittana dijo...

Te recomiendo este blog:

No te va tu arrepentir de leerlos, son FABULOSOS LOS ESCRITORES!!!!

www.germinaldelexilio.blogspot.com

ES INCREIBLE!!!! Ya necesitabamos escritores como ellos...