miércoles, 28 de enero de 2009

M. Husson





Monsieur Husson era un comunista redomado y pertinaz.
Llevaba grandes bigotes y gorra de visera,
viejo y encorvado, tenía una voz recia como torrente de piedras.
Ah, monsieur, vous savez? era el principio de una larga conversación
Había sido perseguido por los nazis y cazado como un conejo
pero sobrevivió en aquel Paris en blanco y negro.
Y ahora languidecía en una chambre sin váter ni cocina,
sólo un pequeño hornillo de gas
y los recuerdos.
Y era feliz.
Monsieur Husson hablaba horas y horas de la democracia,
de los republicanos españoles que liberaron París
¡Ah, aquellos valientes antifascistas!
Yo tenía escasamente dieciocho años
-tal vez dieciséis-
y le escuchaba sin pestañear.
Fumaba en pipa Monsieur Husson
y aquel olor de tabaco perfumado
nunca se ha ido de mi recuerdo.
París, años sesenta del siglo XX, ciudad perfumada y libre.
La dolce vita, Brigitte Bardot...mis tardes eran eternas en los cines de barrio
Y allí sentaba las bases de mi libertad,
de mi pequeña libertad descubierta en un seno de mujer,
en el beso de una pareja en el metro
en el humo de la pipa de Monsieur Husson.
Al volver, España permanecía en silencio.
Yo permanecía en silencio...


Miguel Ángel Yusta


2 comentarios:

ybris dijo...

Justamente ahora acababa de leerlo en "El Cronista de la red".
Estupendo como los otros que lo acompañan.

Abrazos a los dos.

irene dijo...

Yo, como Ybris, ya lo había leído en el Cronista, pero no me importa volver a leerlo.
A mí, como a ti Miguel Ángel, me gusta el olor del tabaco de pipa.
España ha permanecido en silencio demasiado tiempo, y tal vez nosotros también.
Besicos para los dos.